jueves, 17 de marzo de 2011

Rodríguez García, Francisco, «Filipón» de La Viliel.la

Francisco Rodríguez García, de «Casa de Filipón» de La Viliel.la (pueblo del concejo o municipio asturiano de  Cangas del Narcea), tuvo toda la vida enamorado de un amor que no pudo ser. Ella también lo quiso siempre, pero la vida y sus vueltas truncaron esta pasión.
Nacido en 1914, «cuando la Gran Guerra», como a él le gustaba decir, y fallecido en el otoño de 1990 en un desgraciado accidente de tráfico de vuelta a su pueblo, Francisco era hombre de muchos oficios, albañil y carpintero sobre todo, y entendido en todos los temas de la cultura tradicional que supo transmitir a todos.
Podemos decir que Francisco nació para ser tamboriteiro (instrumentista de xipla y tambor). Cuando tenía diez años probó con la gaita, pero no le gustó, aunque llegó a tocarla algo. Al año siguiente dijo que quería aprender a tocar la xipla y el tambor, y así fue como comenzó la principal dedicación de su vida y por la que fue apreciado y conocido. Los lunes por la mañana marchaba con lo puesto y poco más hasta Tormaleo, en Ibias, «un montón de kilómetros por el monte», y quedaba allí toda la semana aprendiendo a tocar con Francisco Rellán («El Tíu Vitán»), su «maestro», como a él le gustaba llamarle. Al acabar la semana retornaba a su pueblo y el lunes volvía a Tormaleo, con muchas ganas de tocar la xipla. Y así estuvo un año entero hasta que aprendió lo que le hacía falta. Luego practicaba mientras estaba de pastor en el monte y, finalmente, acabó convirtiéndose en una auténtica figura en la comarca suroccidental asturiana y el norte de León, que comprende el sur del concejo de Cangas del Narcea, Degaña, la montaña de Ibias y el Valle de Forniel.la, donde durante más de 50 años dejó su constancia de su maestría.
Por causa de sus firmes convicciones comunistas, Francisco luchó en el bando republicano en el transcurso de la Guerra Civil española y recibió lesiones que arrastraría toda la vida. En la posguerra estuvo preso en algunos campos de concentración y cuando volvió al pueblo sufrió la represión y el aislamiento propio de los perdedores. Olvidado este tiempo, gozó siempre del aprecio de sus vecinos y de los de alrededor.
En agosto de 2008 los pueblos cangueses de Larón y La Viliel.la le rindieron un homenaje, al que se sumó el Muséu del Pueblu d'Asturies, que editó para la ocasión un disco totalmente dedicado a Filipón con el título: Francisco el tamboriteiro, dentro de su colección «Fuentes sonoras de la música tradicional asturiana».
FUENTE: Archivu de la Música Tradicional del Muséu del Pueblu d'Asturies.

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